La frase no es suya, pero en su día Christine Lagarde la adoptó con gusto para subrayar la forma que a su juicio tienen las mujeres de ejercer el poder, menos dada a subidas de testosterona que en el caso de los hombres: «Si los Lehman Brothers hubieran sido hermanas, el mundo podría ser hoy muy diferente», dijo sobre la quiebra bancaria que hizo global la crisis financiera del 2008. A las mujeres, suele decir la presidenta del Banco Central Europeo, se las llama cuando hay que arreglar algún estropicio. A ella misma, siendo ministra de Economía de Francia, la reclamaron para restaurar la reputación de su país después de que un caso de abusos sexuales sacara a Dominique Strauss-Kahn del Fondo Monetario Internacional. Luego la llamaron de Bruselas para resolver la crisis política provocada por el desacuerdo de los líderes de la Unión Europea sobre la renovación de su cúpula institucional.

El encargo incluía el paulatino levantamiento de los programas de estímulos diseñados por Mario Draghi evitando caer en la stagflation o estanflación, el estancamiento económico en un entorno inflacionario, un reto que con la llegada de la pandemia se hizo aún más acuciante. En esas estaba, valorando qué medidas tomar y en qué momento, cuando llegó un tsunami, el estallido de una guerra en Europa. Una vez más, Lagarde —y, con ella, la zona euro— va a tener que aplicar el consejo que le dio su entrenador de natación cuando era adolescente: «Aprieta los dientes y sonríe».

Nacida el 1 de enero de 1956 en el seno de una familia católica de clase media de Le Havre (Normandía), el recorrido de Christine Madeleine Odette Lallouette es marcadamente diferente al de la típica élite francesa. La combinación de elegancia francesa y eficacia americana que destacan todos sus perfiles es inevitable para entender las aparentes contradicciones que definen a Lagarde, la abogada y política de carácter firme que reparte sofisticados macarons, el colorido clásico de la repostería francesa, antes de las reuniones, una banquera con sensibilidad para la moda que no esconde sus canas.

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