No quererlo ver, pero no poder dejar de mirarlo. Saber que descubrirlo te embrutece, pero comportarse como un espectador impúdico que se queda clavado contemplando un espectáculo humano, demasiado humano. De acuerdo que no es sexo, pero es menos que la erótica del poder. Leyendo estas casi cuatrocientas páginas es fácil sentirte como un vicioso de la pornografía.

Convergència. Metamorfosi o extinció, más que la crónica de una lucha por el control de un espacio político a través de un partido es la crónica de una lucha personal y desnudada para controlar un partido que irá dejando de ser aquello que había sido. Es un libro de periodismo político excelente, nutrido de entrevistas y que desvela un montón de secretos, y, a la vez, es la radiografía de una dinámica que empieza en el corazón del poder autonómico y termina con una degradación que no se acaba. Es la ola más grande del tsunami, para decirlo con el título de Joan B. Culla. Un relato que comprende casi un cuarto de siglo. Se inicia explicando la operación de sucesión de Jordi Pujol por Artur Mas en Convergència Democràtica y llega hasta el 7 de octubre de 2022, cuando la militancia de Junts per Catalunya votó mayoritariamente por que los consejeros de su partido salieran del gobierno de coalición presidido por Pere Aragonès.

Mientras leía los primeros capítulos del libro de Núria Orriols, recordaba otros dos, periodísticos y también muy buenos. El virrey de José Antich, publicado en 1994, y la primera edición, la de 2003, de Ara sí que toca! de Francesc-Marc Álvaro. El primero, que se presentaba como una biografía de Jordi Pujol, también tuvo una dimensión partidista: era el relato del núcleo duro del pujolismo confrontado con Miquel Roca y apareció cuando la batalla por la sucesión fue ganada por el clan Pujol.

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